Las Creencias que son

Las Creencias que son

Las creencias son convicciones o ideas que tenemos acerca de nosotros mismos, de los demás y del mundo que nos rodea. Son el resultado de nuestras experiencias, educación, influencias culturales y sociales, así como de nuestra interpretación y significado que les atribuimos.

Las creencias pueden ser conscientes o subconscientes, y pueden ser positivas o negativas. Las creencias positivas nos fortalecen, nos motivan y nos impulsan a alcanzar nuestros objetivos. Por otro lado, las creencias negativas pueden limitarnos, generarnos miedo, dudas o inseguridades, y afectar nuestra percepción y comportamiento.

Las creencias también pueden ser limitantes o potenciadoras. Las creencias limitantes nos restringen y nos impiden alcanzar nuestro potencial. Estas creencias suelen ser autoimpuestas y nos hacen creer que somos incapaces, indignos o no merecedores de ciertas cosas. Por el contrario, las creencias potenciadoras nos empoderan, nos motivan y nos permiten superar obstáculos.

Es importante ser conscientes de nuestras creencias, ya que influyen en nuestras actitudes, decisiones y acciones. Si identificamos creencias limitantes, podemos trabajar en transformarlas en creencias más positivas y potenciadoras. Esto implica cuestionar y desafiar nuestras creencias actuales, buscar evidencia que las respalde o las refute, y reemplazarlas por nuevas creencias que nos apoyen en el logro de nuestros objetivos.

Cabe destacar que las creencias no son necesariamente verdaderas o absolutas, son interpretaciones subjetivas de la realidad. Podemos elegir conscientemente qué creencias queremos adoptar y cultivar en nuestra vida, y podemos cambiarlas si no nos están beneficiando.

En resumen, las creencias son convicciones que tenemos acerca de nosotros mismos y del mundo. Pueden ser positivas o negativas, limitantes o potenciadoras. Identificar y transformar nuestras creencias limitantes nos permite liberarnos de restricciones y alcanzar nuestro máximo potencial.

Las Creencias que son

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Una creencia es un filtro importante que modelan nuestro mapa o modelo mental. ¿Qué es una creencia?. Es una generalización. Es un filtro que produce atención selectiva. Es un sentimiento de certidumbre acerca de una idea.

Más específicamente, son generalizaciones que hacemos sobre las causas, los significados, los límites de nuestro mapa mental, nuestras conductas, nuestras capacidades y nuestra identidad. Como vemos muchas de nuestras limitaciones y/o potencialidades están determinadas por nuestras creencias en cualquier contexto. Muchas veces es en este filtro donde las personas necesitamos hacer palanca para el cambio. Es aquí, en las creencias, donde residen muchas de las dificultades que nos obstaculizan conseguir el objetivo deseado o vivir la vida del modo en que deseamos vivirla.

Este filtro es muy importante ya que estamos ante el permiso o motivación para desarrollar las capacidades y el eje sobre el que construimos toda nuestra existencia.

Una creencia es el estado de la mente en el que un individuo considera como verdadero el conocimiento o la experiencia que tiene acerca de un suceso o cosa”.

Es decir, es el conocimiento subjetivo que tienes de los sucesos que ocurren en el mundo, de las cosas/otras personas y de ti mismo. Es un sentimiento de seguridad sobre lo que algo significa.

Ejemplos:

Conocimiento de sucesos: creer que algo ocurre por suerte. Estas influyen en nuestro potencial de actuar.

Cosas/personas: creer que las cosas materiales son las que más valor tienen en el mundo/creer que los demás son egoístas. Estas influyen en nuestras relaciones.

Persona: creer que vales mucho o creer que no vales mucho. Estas influyen en tu autoestima.

Por tanto, las creencias pueden referirse a: sucesos, cosas/personas y a si mismo.

¿Por qué tienen tanta importancia?

Una creencia te lleva a tener un potencial de actuar, lo que te lleva a actuar, lo cual lleva a unos resultados.

Por ejemplo:     Creencia: crees que puedes terminar el triatlón. Potencial: esa creencia crea el potencial o posibilidad de poderlo terminar. Acción: corres el triatlón. Resultado: lo terminas.

Si la creencia hubiese sido “crees que no puedes terminar el triatlón”, ni si quiera hubiera tenidos el potencial de comenzarlo, lo cual no hubiera llevado a ninguna acción ni a ningún resultado.

El mayor problema de estas creencias es que son inconscientes. Es decir, están influenciando en tu comportamiento y en tu vida y ni si quiera te das cuenta.

¿De dónde provienen?

Estas creencias se suelen formar a partir de las experiencias de nuestra infancia o se basan en generalizaciones que provienen de experiencias dolorosas.

Ejemplos: Un niño que sea criticado destructivamente por sus padres, comenzará a tener creencias limitantes y negativas sobre si mismo, lo cual hará que construya una autoestima negativa e impedirá desarrollar su potencial.

Un niño que está rodeado por gente que le transmite su cariño y que obtiene buenos resultados en el colegio, construirá creencias del tipo “soy inteligente”. Esta creencia le guiará a valorarse a sí mismo y a mayores logros, ya que confiará en sus posibilidades.

Sin embargo, tengo buenas noticias, así que no te desanimes: las creencias se pueden cambiar. De hecho, el primer paso para hacerlo es entender qué son (lo estás haciendo leyendo este artículo) y darte cuenta de qué creencias tienes. Si son negativas y limitantes, las tendrás que cambiar.

Antes de pasar al siguiente punto, te quiero contar un ejemplo que probablemente no se te olvidará y con el que espero convencerte del poder de las creencias.

La ilusión de vidrio. La ilusión de vidrio fue una manifestación externa de un desorden psiquiátrico que se dio en Europa al final de la Edad Media (siglo XV-XVII).

La gente creía que estaban hechos de vidrio y que corrían el peligro de romperse en piezas. De hecho, una de las personas que lo sufrió fue el rey Carlos VI de Francia, quien se llegó a negar a que la gente lo tocara y vestía con ropa de más para evitar alguna “rotura”.

Esta simple ilusión provocó que la gente cambiase sus estilos de vida, e incluso que evitaran el contacto humano. Estas creencias de la Edad Media te resultarán lejanas, aunque para la gente que las tenía eran reales e influenciaban en sus vidas notablemente. La única diferencia con la actualidad es que las nuestras se basan en nuestra propia persona y en nuestras posibilidades.

¿Qué creencias estas teniendo tú que producen que tengas malos hábitos o que te autolimites?

A continuación, veremos qué tienes que hacer para construir creencias positivas y potenciadoras que “exploten” tu potencial y te permitan alcanzar mayores logros.

Ejemplos de creencias limitantes

Hay cientos de creencias limitantes, aunque te voy a comentar algunas de las más frecuentes y que probablemente hayas tenido alguna vez en tu vida. Si las sigues teniendo, hoy es tu día para comenzar a cambiarlas.

  1. Es muy difícil, no se puede conseguir/No lo puedo hacer (situacional).
  2. Valgo menos que los demás (personal).
  3. La gente consigue los logros por suerte. El esfuerzo no merece la pena
  4. No puedo contar con los demás (relaciones).
  5. Los demás son egoístas (relaciones).
  6. Si triunfo no me van a querer (situaciones).
  7. Si muestro a alguien que estoy interesado en el/ella, me rechazará (relaciones).
  8. Si me sale mal se van a reír de mi (relaciones).
  9. No importo a nadie y no me quieren (personal).
  10. Tener éxito solo lleva a más problemas (situacional).
  11. Por tener un mal pasado soy un desgraciado.
  12. 12-Otros: no sirvo para nada, no puedo ayudar a nadie, me merezco lo peor.

¿Tienes alguna o has tenido alguna?  ¿Eres consciente ahora de lo que te limitarían esas creencias? Si las tuvieses, estarían provocando que tu vida no prospere y que te impidas a ti mismo avanzar y mejorar en ciertas áreas de tu vida.

Cómo cambiarlas

La realidad es que cuesta trabajo cambiar las creencias, aunque merece mucho la pena, ya que desde el momento en que lo hagas comenzarás a experimentar nuevos resultados en tu vida.

Estos son los pasos que puedes dar:

1-Escribe tus creencias

Observa los resultados que estas teniendo en tu vida y que no te gustan. ¿A qué se deben? ¿Existe alguna creencia que esté influenciando en un comportamiento que lleve al resultado negativo? ¿Qué suposiciones y creencias tienes que impiden desarrollar tu potencial?

2-Hazte consciente de que son creencias y no realidades

Este es un paso complicado porque puede que pienses que esas creencias negativas son reales. ¿Recuerdas las personas de cristal? Ellos no querían ni que los tocaran…

Reflexiona sobre esas creencias. ¿Cómo sabes que son ciertas? ¿Tienes pruebas?

¿No consigues un buen trabajo porque no vales o no lo consigues porque crees que no vales? ¿No hablas con quien te gusta porque no eres atractivo/a o no hablas con quien te gusta porque crees que no eres atractivo?

3-Asocia las creencias limitantes a algo negativo

Piensa en esas creencias y asócialas a algo que te desagrade, que asocies a algo muy negativo, incluso al dolor.

Por ejemplo, piensa en creer que no vales a conseguir un trabajo pésimo en el que eres explotado.

4-Para cada creencia, construye una nueva creencia.

Por ejemplo las creencias anteriores y la nueva creencia a instalar.

  1. Es muy difícil, no se puede conseguir/No lo puedo hacer (situacional). – Lo puedo conseguir si persevero y me esfuerzo.
  2. Valgo menos que los demás (personal). -Valgo igual que los demás.
  3. La gente consigue los logros por suerte. El esfuerzo no merece la pena. -La gente no consigue nada sin esfuerzo.
  4. No puedo contar con los demás (relaciones). -Puedo contar con la gente y les puedo pedir ayuda.
  5. Los demás son egoístas (relaciones). -Los demás son amigables, puedo tener buenas relaciones.
  6. Si triunfo no me van a querer (situaciones). -Si triunfo, me querrán igual que antes.
  7. Si muestro a alguien que estoy interesado en él/ella, me rechazará (relaciones).-Si muestro interés a alguien lo apreciará.
  8. Si me sale mal se van a reír de mi (relaciones). -Si me sale mal, habrá gente que me admirará por intentarlo y los que se ríen son inútiles que ni lo intentan.
  9. No importo a nadie y no me quieren (personal). -Importo a mi gente cercana y me quieren.
  10. Tener éxito solo lleva a más problemas (situacional). -Tener éxito incluye tener una buena calidad de vida y los problemas son inevitables, pudiéndose resolver.
  11. Por tener un mal pasado soy un desgraciado. -Es el presente lo que cuenta y mi pasado negativo me puede servir para ser más fuerte.
  12. Otros: no sirvo para nada, no puedo ayudar a nadie, me merezco lo peor.

Otras creencias positivas serían:

  1. -Si estoy comprometido lo puedo conseguir.
  2. -Todo ocurre por una razón.
  3. -El pasado no me limita, me hace crecer.
  4. -La vida es un regalo a ser disfrutado.
  5. -Lo que realmente importa es lo que yo pienso de mi, no otros.

Asocia a algo positivo las nuevas creencias

Ahora, toma las tres creencias que creas que más te limitan y asócialas a algo positivo.

Por ejemplo: creer que, si lo intentas y fallas, los demás te admirarán, asócialo a una emoción positiva o a intentarlo y lograrlo.

Actúa

Este paso te puede parecer radical o te provocará ansiedad, pero es el que mejor funciona.

Aunque aún no tengas estas creencias, puedes actuar como si (ejemplos):

  1.     Eres atractivo.
  2.     Vales mucho.
  3.     Eres agradable y simpático.
  4.     Eres inteligente.
  5.     Fracasar solo te permite avanzar y aprender de los errores.

Si actúas de una forma que no has actuado antes, observarás nuevos resultados y esos resultados contribuirán a la construcción de nuevas creencias.

Por ejemplo, hablar en público contribuirá a crear la creencia de que eres atrevido, lo cual permitirá a su vez otros comportamientos atrevidos que guiarán a otros resultados positivos.

Liberar las creencias limitantes
Liberar las creencias limitantes

¿Te has dicho alguna vez?

No valgo para nada / No soy lo suficientemente bueno o buena  para………. / No puedo……..Pues siento decirte que te estás limitando tú mism@, porque como dice el dicho popular “querer es poder”. Sí, la frasecita está muy bien, pero yo mismo más de una vez he querido hacer algo y no he podido llevarlo a cabo.

Seguramente algún listillo te ha dicho alguna vez aquello de: “si haces siempre lo mismo obtendrás siempre los mismos resultados”.

Y tú habrás pensado: “sí, si ya lo sé, pero es que no puedo cambiar las situaciones. Normal, porque antes de cualquier acción hay un pensamiento, y los pensamientos se sustentan sobre tus creencias, por lo que para cambiar determinadas acciones y comportamientos deberás revisar tus creencias.

Efectivamente no es sencillo, por eso aquí te voy a explicar cómo modificar creencias limitantes.

¿Qué es una creencia limitante?

  1. Una creencia limitante es aquella que de un modo u otro te impide alcanzar un estado deseado.
  2. Yo merezco estar sano.
  3. ¡Yo rechazo todo tipo de distorsión en mi ser ahora!
  4. Yo acepto que solo mi cuerpo manifieste la salud perfecta de Dios
  5. La llama verde del Arcángel Rafael sana mi cuerpo de cualquier intento dañino e insalubre.
  6. Yo vivo mi vida sanamente con buena vibra y en perfecta armonía.
  7. Yo libero a todo mi ser de toda enfermedad.
  8. Yo no acepto la enfermedad
  9. Yo merezco tener mi cuarto limpio y ordenado.
  10. Yo elimino toda materia que contenga karma en mi habitación ahora
  11. Yo le ordeno a mi cuerpo que vibre por siempre sanamente
  12. Yo proyecto, respiro y me envuelvo en la llama verde del arcángel Rafael
  13. La Salud Divina de Dios se ancla desde ahora para siempre en todo mi cuerpo.
  14. ¡Yo Decreto Salud en mi cuerpo y en mi espíritu ahora!
  15. ¡Dios anhela que yo tenga salud en abundancia para siempre!
  16. ¡Yo expulso a la enfermedad inmediatamente y no la acepto!
  17. No puedo equivocarme
  18. Tengo que hacer sentir bien a todos.
  19. Tengo que hacer todo bien
  20. Soy así desde que nací y no puedo cambiar
  21. No basta ser bueno, tengo que ser el mejor
  22. Si me quieren tienen que saber lo que necesito, si lo pido no tiene gracia
  23. No me arriesgo, los cambios traen problemas
  24. El tiempo nunca alcanza
  25. Cuando algo va bien, siempre pasa algo malo
  26. La vida se acaba en un soplo
  27. Cuando disfrutas algo, después seguro que sufrís
  28. Hay que correr, el que se retrasa pierde oportunidades
  29. A mí todo me cuesta más que a los demás
  30. La gente es como es y no cambia

Es aquí donde nos preguntamos o sería muy conveniente preguntarse ¿por qué hago o haría tal o cual cosa? ¿Por qué las cosas son como son y no de otro modo?  ¿Creo que soy hábil para tal o cual cosa? ¿Es importante para mí la capacitación o mejora continua? ¿Me hago responsable de mis actos y resultados o creo que lo que me pasa es por “culpa” de otros o del entorno? Y así podríamos continuar con las preguntas que corresponden a este filtro, el de las Creencias.

Entrelazados con el complejo sistema de creencias, se encuentran nuestros valores y criterios y que en su conjunto dan forma a lo que conocemos como identidad. Por eso la pregunta ¿Por qué? nos traslada siempre a una creencia subyacente y éstas no son otra cosa que manifestaciones o expresiones lingüísticas de nuestras experiencias subjetivas.

¿Cómo una idea se transforma en Creencia?

Las referencias reales o imaginarias se organizan a partir de una idea y producen la sensación de certidumbre o lo que comúnmente llamamos “verdad” o “realidad”.      

¿Cómo se instala una Creencia?

  • Por intensidad emocional con que se vive la experiencia.
  • Por repetición de las experiencias de referencia.

Cuando aceptamos una creencia, ésta desarrolla toda una serie de entramado de relaciones causales y de significado que condicionan la vida de una persona.

Si las creencias que tiene una persona lo mantiene atrapado en situaciones generadoras de conflictos internos y externos, entonces esta persona se irá deteriorando progresivamente hasta su autodestrucción. Esto pasa también en grupos u organizaciones. Las creencias son una de las razones generadoras de guerras, conflictos de relación con los demás, deterioro del trabajo en equipo, etc.

“Si crees que puedes o si crees que no puedes, estás en lo cierto.” Henry Ford

Tipos de Creencias. Las creencias no son ni buenas ni malas. Son potenciadoras y útiles o limitantes e inútiles.

  1. Facilitadoras: Se constituyen en permisos que operan sobre las capacidades y el comportamiento.
  2. Limitantes: Se constituyen en obstáculos que inhabilitan, incapacitan e impiden encontrar opciones y recursos.

Veamos qué pasa con las creencias que nos limitan. Ellas suelen adoptar una de las siguientes formas.

  1. Limitaciones por falta de esperanza: Creer que el objeto deseado es inalcanzable, independientemente de las propias capacidades.
  2. Limitaciones por falta de capacidad: Creer que el objetivo es posible, pero no se tienen las capacidades necesarias para obtenerlo.
  3. Limitaciones por falta de motivación: Creer que no merecemos alcanzar el objetivo por algo que hicimos o dejamos de hacer.
  4. Limitaciones por expectativas catastróficas: Creer que se auguran desenlaces desastrosos como consecuencia de nuestras acciones independientemente de la calidad de ellas.
Qué es una creencia
Qué es una creencia
Qué es una creencia
Qué es una creencia
Qué es una creencia
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