El cerebro del corazón

El cerebro del corazón

El término «cerebro del corazón» se refiere a la idea de que el corazón no solo es un órgano que bombea sangre, sino que también posee un sistema nervioso complejo y una capacidad para procesar información y tomar decisiones. Según esta perspectiva, el corazón tiene su propio «cerebro» o centro de inteligencia que puede influir en nuestro pensamiento, emociones y respuestas fisiológicas.

La noción del cerebro del corazón ha sido promovida principalmente por el Instituto HeartMath, una organización de investigación dedicada al estudio de la interacción entre el corazón, el cerebro y las emociones. Según sus investigaciones, el corazón no solo envía señales al cerebro, sino que también puede recibir información y enviar retroalimentación al cerebro, influyendo en nuestra toma de decisiones, nuestras respuestas emocionales y nuestro bienestar general.

Se ha descubierto que el corazón tiene un sistema nervioso independiente conocido como sistema nervioso intrínseco del corazón, que incluye neuronas y conexiones neuronales similares a las del cerebro. Este sistema nervioso del corazón puede comunicarse con el cerebro a través de señales neurales y hormonales, influyendo en aspectos como el equilibrio emocional, la coherencia cardíaca y la regulación del sistema nervioso autónomo.

La investigación en este campo ha demostrado que la coherencia entre el corazón y el cerebro, es decir, la sincronización y armonía en las señales eléctricas del corazón y las ondas cerebrales, está asociada con un mayor bienestar emocional, una mayor capacidad cognitiva y una mejor salud en general.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la idea del cerebro del corazón aún es objeto de debate y no está completamente aceptada por la comunidad científica. Si bien existen evidencias de la comunicación bidireccional entre el corazón y el cerebro, se requiere más investigación para comprender completamente la extensión de esta conexión y su implicación en la función cognitiva y emocional.

En resumen, el concepto del cerebro del corazón sugiere que el corazón tiene una influencia significativa en nuestro pensamiento, emociones y bienestar general, más allá de su función como órgano de bombeo sanguíneo. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente esta relación y su implicación en la salud y el bienestar humano.

El cerebro del corazón

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 Entrevista a Annie Marquier, el cerebro del corazón. Annie  Marquier, matemática e investigadora de la conciencia ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo.

Gracias a esos circuitos tan elaborados, el corazón es inteligente y puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro; y puede aprender, recordar e incluso percibir.

Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza.

Primera…

La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.

¿Significa eso que el corazón puede influir en nuestra manera de pensar?

 Puede influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras reacciones.

Segunda conexión…

La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.

Tercera…

La comunicación biofísica mediante ondas de presión. Parece ser que a través del ritmo cardiaco y sus variaciones el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.

Cuarta…

La comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico.

¿Y se ordena con las emociones positivas?

 Sí. Y sabemos que el campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón.

¿A qué conclusiones nos llevan estos descubrimientos?

 El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza. ¿No será este nuevo circuito un paso más en la evolución humana?

Hay dos clases de variación de la frecuencia cardiaca: una es armoniosa, de ondas amplias y regulares, y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos positivos, elevados y generosos. La otra es desordenada, con ondas incoherentes.

¿Aparece con las emociones negativas?

 Sí, con el miedo, la ira o la desconfianza. Pero hay más: las ondas cerebrales se sincronizan con estas variaciones del ritmo cardiaco; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. La conclusión es que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.

Ya ve, el cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad.

Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas.

Es un potencial no activado, pero empieza a estar accesible para un gran número de personas.

¿Y cómo puedo activar ese circuito?

 Cultivando las cualidades del corazón: la apertura hacia el prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje…

Es la práctica de pensamientos y emociones positivas. En esencia, liberarse del espíritu de separación y de los tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio, mecanismos que están anclados profundamente en el ser humano porque nos han servido para sobrevivir millones de años.

¿Y cómo nos libramos de ellos?

 Tomando la posición de testigos, observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos pueden hacer sentir bien. Debemos aprender a confiar en la intuición y reconocer que el verdadero origen de nuestras reacciones emocionales no está en lo que ocurre en el exterior, sino en nuestro interior.

Cultive el silencio, contacte con la naturaleza, viva periodos de soledad, medite, contemple, cuide su entorno vibratorio, trabaje en grupo, viva con sencillez. Y pregunte a su corazón cuando no sepa qué hacer.

Annie Marquier
Annie Marquier

Inteligencia intuitiva del Corazón

Inteligencia Intuitiva del Corazón

Siempre lo intuyeron poetas, filósofos, románticos, músicos…., no así los científicos: nuestro corazón está dotado de una inteligencia intuitiva que en todo momento emana energía, ondas de frecuencia vibratorias que se esparcen en un radio cada vez más grande dependiendo de la emoción que estemos albergando a cada instante. Si esta inteligencia se conecta con el amor nos convertimos en generadores de paz a nuestro alrededor.

Claro dirán, con esto volvemos a lo esotérico…. ¿Y qué más da? Lo esotérico es aquello que está oculto a los sentidos y a la ciencia y solamente es perceptible o asequible por las personas iniciadas, es decir, toda doctrina que requiere un cierto grado de iniciación para estudiarla en su total profundidad. ¡Así es que, los interesados, pueden darse por pre-iniciados si leen, comprenden y aplican gradualmente lo aquí expuesto!

La mayoría de ustedes comprende lo que se siente al estar en un estado de armonía y de paz, donde sus corazones y mentes están vinculados realmente con los demás involucrados, sintiendo el amor de esa experiencia sinérgica. Sin embargo, casi siempre sucede de manera casual más que por la intención dada. Imagínense los abuelos disfrutando a sus nietos, una pareja enamorada, un grupo de amigos en una conversación convergente profunda…. Esas son algunas de muchas situaciones cotidianas, donde se produce esta contagiosa experiencia sinérgica de mente-corazón-entorno. Pero también se producen en equipos deportivos exitosos, bandas musicales, entre otros.

 Las investigaciones muestran, que cuando cambias a un estado coherente, es decir a una vibración de amor y paz, el corazón y el cerebro operan en sinergia como dos sistemas de malla en una sola.  Ello significa entonces, que cada uno de nosotros potencialmente puede aprender como activar y sostener esta sinergia entre el corazón y el cerebro. Ello contribuiría significativamente a evitar el estrés excesivo, aumento de nuestra claridad mental y la capacidad de discernimiento. Si lo logramos, seremos capaces de encontrar soluciones creativas para nuestros desafíos personales, sociales, integrales…. Lo complejo será entonces lograr simplificar el proceso de conexión intuitiva con el alma, para desdoblar más eficazmente lo que realmente somos. ¡Créanme, casi a los 60 años de edad estoy trabajando en ello, y mientras reflexiono y trabajo en ello, no me he fumado ningún alucinógeno!

Una reciente investigación del Instituto de HeartMath (IHM), concluye que el corazón es un punto de acceso a nuestra tecnología natural interior, como si fuese nuestro teléfono inteligente. El corazón es la inteligencia intuitiva que puede elevar nuestras comunicaciones, decisiones y elecciones a un nivel mucho más alto y de mayor eficacia. Ya lo mencioné, entre otros los poetas siempre lo dijeron y a nivel racional nadie les creyó. Un hallazgo interesante de esa investigación, muestra que cuando las personas tienen una verdadera coherencia entre sus sentimientos básicos, la compasión aumenta su vibración de manera natural.  Es por ello, que aquellos que poseen una inclinación esotérica básica, utilizan el término de energía para referirse a los sistemas que no podemos ver o tocar, como por ejemplo nuestros pensamientos, emociones e intuiciones.

La mente y los sentimientos del corazón son las fuentes energéticas en que se basan nuestros pensamientos y emociones. Ellos son los conductores principales de nuestros sistemas biológicos que tienen una poderosa influencia en nuestros comportamientos, decisiones y resultados. La intuición del corazón es lo que la gente ha asociado con su “voz interior”

Sólo utilizamos un pequeño porcentaje de este flujo energético, ya que al parecer las elecciones de nuestro ego anulan la sugerencia intuitiva. Por supuesto, la intuición está más o menos desarrollada en las personas. Simplificando: quienes son capaces de disminuir la acción de su mente y sintonizan con sus sentimientos más profundos del corazón, pueden lograr una conexión intuitiva natural.

Las investigaciones realizadas en los laboratorios de IHM han confirmado, que cuando una persona está en coherencia con el corazón, este irradia un campo de energía electromagnética más coherente, que puede beneficiar a las personas, los animales y el medio ambiente. Ello explica que cuando hay un grupo coherente, unido, que trabaja en cooperación, se traduce en un aumento de flujo, eficacia y potencial para alcanzar resultados más altos, sea en las familias, el trabajo, el deporte, las artes… En esos casos, los participantes del grupo no sólo están en sinergia, sino que se comunican en un nivel energético invisible muy superior y más eficaz.

Muchos científicos creen que existe una retroalimentación permanente y activa entre los seres humanos y los sistemas energéticos de la tierra. En IHM trabajan junto con otras iniciativas, lo que les ha permitido darse cuenta de la creciente ola de eficacia que se está generando, así como de la intención colectiva de cooperación y unidad. Esta red global “Coherence Initiative” ha colocado 14 sensores en todo el mundo para medir las resonancias magnéticas de la tierra. Esta red global permitirá a nuestra investigación científica observar las interconexiones existentes entre el campo magnético de la Tierra y las emociones y los comportamientos humanos colectivos. La ciencia ha demostrado que el campo magnético de la Tierra afecta a los seres humanos de manera profunda, pero nuestra intención es estudiar cómo los seres humanos como un colectivo, pueden afectar el medio ambiente y el campo magnético de la tierra.

La energía de cada individuo contribuye al ambiente del campo global y los pensamientos, las emociones y las intenciones de cada persona afecta ese campo. Un primer paso para aumentar la coherencia del entorno y del campo es que cada individuo asuma la responsabilidad por su propia energía. Podemos hacer esto, si somos cada vez más conscientes de los pensamientos sentimientos y actitudes, que estamos alimentando cada día.

La hipótesis de IHM es que a medida que suficientes personas puedan aumentar su coherencia con el corazón, esto a su vez conducirá a una mayor cohesión social. Como una masa crítica, logra que las culturas y las naciones se vuelvan más armoniosamente alineadas. A la larga, ello puede conducir a una mayor coherencia global y la paz sostenible.

Doc Childre el fundador de HearMath, lo pone de esta manera: “a medida que seres humanos practiquen la cohesión del corazón con sus sentimientos y emociones elevadas, más se cumplirán los requisitos para el  “rito de paso” hacia el siguiente nivel de conciencia, usando nuestros corazones como guía intuitiva, y se convertirá en sentido común sobre la base de la inteligencia práctica.

El Instituto de HeartMath (IHM) es una organización de investigación y educación sin fines de lucro reconocida internacionalmente, dedicada a ayudar a las personas a reducir el estrés, el control de las emociones, construir la energía y la capacidad de una recuperación para una vida sana y feliz.

Científicos del IHM realizaron un estudio sobre el corazón y la interacción del cerebro, examinando cómo el corazón y el cerebro se comunican entre sí y cómo eso afecta a nuestra conciencia y la forma en que percibimos nuestro mundo.

En el IHM iniciaron este proyecto basado en la ciencia especial, la Iniciativa de Coherencia Global (GCI), para ayudar a proporcionar una imagen más completa de estas conexiones. Los científicos de IHM ya han llevado a cabo una amplia investigación sobre el poder del corazón, la conexión con el corazón y el cerebro, la inteligencia del corazón y la intuición práctica. Ahora los científicos esperan GCI para ayudar a explicarlos misterios de la conexión entre las personas y la tierra. . . y hasta el sol. En cierto modo, el corazón espiritual es como un teléfono inteligente, que nos conecta de forma invisible a una gran red de información.