Las Creencias y sus tipos
Las creencias son ideas o pensamientos arraigados que consideramos como verdaderos o ciertos. Pueden ser conscientes o subconscientes y pueden influir en nuestra forma de pensar, sentir y actuar. A continuación se presentan algunos tipos comunes de creencias:
- Creencias limitantes: Son creencias que nos restringen o nos impiden alcanzar nuestro potencial. Por ejemplo, creer que no somos lo suficientemente inteligentes o talentosos para lograr algo.
- Creencias potenciadoras: Son creencias que nos empoderan y nos impulsan hacia el éxito y el crecimiento. Por ejemplo, creer en nuestra capacidad para aprender y mejorar constantemente.
- Creencias culturales: Son creencias compartidas por una determinada cultura o sociedad. Pueden incluir creencias religiosas, políticas, sociales o tradiciones arraigadas en una comunidad.
- Creencias personales: Son creencias individuales que se forman a través de nuestras experiencias personales y percepciones del mundo. Estas creencias pueden ser únicas para cada persona y pueden influir en cómo interpretamos y respondemos a diferentes situaciones.
- Creencias sobre uno mismo: Son creencias relacionadas con nuestra identidad y autoconcepto. Pueden incluir creencias sobre nuestras habilidades, valores, merecimiento y autoestima.
- Creencias sobre los demás: Son creencias sobre cómo percibimos a los demás y cómo creemos que se comportan. Estas creencias pueden influir en nuestras relaciones y en la forma en que interactuamos con los demás.
- Creencias sobre el mundo: Son creencias sobre cómo funciona el mundo y cómo se dan las relaciones entre las personas, la naturaleza y los eventos. Pueden incluir creencias sobre el destino, la justicia, la confianza, entre otros aspectos.
Es importante recordar que las creencias no siempre son verdaderas o basadas en hechos objetivos. Pueden estar influenciadas por nuestras experiencias, emociones, percepciones y sesgos cognitivos. Tomar conciencia de nuestras creencias y cuestionarlas puede permitirnos identificar aquellas que nos limitan o nos impiden crecer, y reemplazarlas por creencias más positivas y constructivas.
Es recomendable examinar y evaluar nuestras creencias de manera regular para asegurarnos de que estén alineadas con nuestros valores, metas y bienestar personal. Al hacerlo, podemos liberarnos de creencias limitantes y desarrollar una mentalidad más positiva y empoderada.
Las Creencias y sus tipos
1. Creencias sobre la causa
Puedes tener creencias acerca de lo que causa algo. ¿Qué causa el cáncer? ¿Cuál es la causa de que una persona sea creativa? ¿A qué se debe que su negocio sea próspero? ¿Qué le hace fumar? ¿Cuál es la causa de que no consiga perder peso? La respuesta que des a cada una de estas preguntas será una declaración de creencia. Podrías decir: «Tengo mal genio porque soy irlandés» o «Mi familia es propensa a úlceras» o «Si sales sin abrigo cogerás un resfriado». La palabra «porque» (explícita o implícita) suele indicar una creencia sobre la causa.
2. Creencias sobre el significado
Se pueden tener creencias sobre el significado. ¿Qué significan los acontecimientos, o qué es importante o necesario? ¿Qué significa que una persona tenga cáncer? ¿Significa eso que es una mala persona o que está siendo castigado? ¿Significa que se ha propuesto matarse? O ¿Significa que debe introducir cambios en la forma de vivir?
¿Qué significa que no puedas dejar de fumar? ¿Significa que eres débil? ¿Significa que eres un fracasado? ¿Significa simplemente que todavía no ha integrado dos partes de su personalidad?
Las creencias sobre significado se traducirán en comportamientos congruentes con la creencia. Si tu crees que tus dificultades para dejar de fumar se derivan de la existencia de dos partes no integradas, probablemente trabajarás para integrarlas; si crees que significa que eres débil, quizá no emprendas ninguna acción hacia la integración.
3. Creencias sobre la identidad
Las creencias sobre la identidad engloban causa, significado y límites. ¿Cuál es la causa de que tú hagas algo? ¿Qué significan tus comportamientos? ¿Cuáles son tus límites personales? Cuando tu cambias tus creencias acera de tu identidad, te conviertes de algún modo en una persona distinta. Como ejemplos de creencias limitadoras sobre la identidad se podría citar: «No valgo nada» «No merezco tener éxito» o «Si obtengo lo que quiero, perderé algo». Las creencias sobre la identidad son también las que pueden impedirte cambiar, sobre todo porque muy a menudo no eres consciente de ellas.
En resumen, las creencias pueden ser de significado, de identidad y de causa. Pueden referirse al mundo exterior, incluyendo a las demás personas, o pueden tener que ver con su propio «yo» y su identidad.
Las creencias son en gran medida procesos inconscientes de pensamiento organizado. Puesto que son principalmente inconscientes, resultan difíciles de identificar.
Obstáculos para identificar las creencias
1. Confirmación en los demás
Así pues, uno de los problemas que plantea la identificación de creencias es que tú, como ayudante, tiendes a buscar la confirmación de tus propias creencias en la otra persona, y así tratas de hallar historias semejantes a tus creencias, tanto si habían existido como sí no.
2. Pista falsa
Freud nos habla de la angustia difusa (angustia causada por un conflicto inconsciente). Según él, la persona que tiene este problema sólo es consciente de la sensación de angustia, de manera que inventa razones lógicas para explicar lo que siente, y esas razones lógicas no tienen nada que ver con sus sensaciones de angustia. Suelen ser personas «obsesivo compulsivas» cuyo origen residía en la represión sexual. Hoy en día se sabe que esos sentimientos se derivan de conflictos internos que son, ciertamente inconscientes, pero que con frecuencia no tienen nada que ver con la sexualidad.
3. Cortina de humo
Cuando se trabaja con una creencia sobre la identidad, o que es muy dolorosa, con frecuencia, la creencia se oculta tras cortinas de humo. Cuando la persona se queda nublada o confusa, justo en el momento en que se empieza a llegar a algo realmente importante, y siempre es el miedo. Debe enfrentarse con una creencia relacionada con su identidad, dolorosa o desagradable, y no quiere reconocerlo ni ante sí misma.
Identificar las creencias
Las creencias limitadoras se formulan con un lenguaje característico que tiene que ver con lo que la persona puede o no puede hacer, debe o no debe hacer y debería o no debería hacer, o cuando te dicen «yo soy así», «tengo pésima ortografía», «soy una persona obesa». Estas afirmaciones indican creencias de identidad, que limitan la idea que la persona tiene de sí misma y de lo que puede hacer para cambiar.
También pueden expresarse como fenómeno de causa y efecto, con el lenguaje siguiente: «si. entonces,» «si no rezo mis oraciones, seré castigado», «si afirmo mi personalidad, seré rechazado», «justo cuando empiezo a tener éxito, todo me va mal».
Cuando se pregunta: ¿Qué dice acerca de ti el hecho de que no hayas sido capaz de cambiar esto?», y a veces se obtiene una respuesta de la expresión de una creencia de identidad. Puedes preguntarte ¿Qué es lo que quieres, que te impide tenerlo?». A continuación se puede anclar la respuesta que se obtenga (una sensación de malestar, un vació mental., etc.) , y remontarse desde ahí hasta la experiencia que sentó los cimientos de la creencia.
Si pretendes cambiar tu identidad o alguna creencia tuya limitadora:
- Tienes que saber cómo hacerlo.
- Tienes que querer tu objetivo de un modo congruente.
- También debes tener la creencia de que te es posible hacer ese cambio.
Si falta alguno de estos elementos, el cambio no será completo.
Estrategia de realidad
Piensa en algo que hubieras podido hacer ayer, pero que tú sabes que no lo hiciste. Compara mentalmente las dos cosas: ¿cómo puedes determinar qué hiciste una y no hiciste la otra? La diferencia puede ser sutil, pero la calidad de tus sensaciones cinestésicas, imágenes y sonidos serán distintas. Al comparar la experiencia imaginaria de la real, examina tu experiencia interna: ¿Están situadas en el mismo lugar de tu campo visual? ¿Es una más clara que la otra? ¿Una es una película y la otra es una foto fija? ¿Hay alguna diferencia en la calidad de tus voces interiores? La calidad de la información que tenemos en nuestros sentidos está de alguna manera codificada con mayor precisión en la experiencia real que en la imaginaria, y eso es lo que marca la diferencia. Tú tienes una «estrategia de realidad» que te permite conocer la diferencia.
Al identificar tu estrategia de realidad, podrás determinar con precisión, cómo has de pensar para convencerte de que algo es lo bastante legítimo para que tú lo hagas.
Muchas personas han intentado cambiar o reprogramarse visualizando que han alcanzado el éxito deseado. Para la gente que utiliza esto como estrategia natural, el resultado será bueno. (Si predomina la submodalidad visual). Para las personas que oyen una voz que les dice: «No puedes hacerlo» «No lo lograrás», la programación visual no dará resultado. (porque predomina la submodalidades auditiva). Tendrás que hacer que sea coherente con las cualidades de tus imágenes, sonidos y sentimientos internos. (Estas cualidades se llaman submodalidades).
Estrategia de creencia
Al igual que las estrategias de realidad, tienen una estructura consistente de imágenes, sonidos y sensaciones que opera de un modo en gran medida inconsciente. Las estrategias de creencia son una serie de procedimientos de prueba que utilizamos para decidir si algo es creíble o no. Esta clase de prueba suele ser en forma de submodalidades, o sea las cualidades de tus imágenes, sonidos y sensaciones.
Las estrategias de creencia son distintas de nuestras «estrategias de realidad» porque no podemos someterlas a prueba mediante controles de realidad basados en los datos sensoriales. Como están sumamente estructuradas, pueden durar toda la vida, lo cual es una suerte, ya que sin estas estrategias nuestra comprensión de nosotros mismos y el mundo no sería estable.
El problema es que las estrategias de creencia funcionan de forma automática y duradera tanto con las creencias limitadoras como con las que nos impulsan hacia el desarrollo de nuestro potencial. Por fortuna, tienen una estructura definida susceptible de ser inducida, de manera que también pueden cambiarse.
Ejercicio para identificar estrategias de creencias
Piensa en algo que tu creas que puedes hacer y compáralo con algo que te limita. Determina la diferencia. A continuación, toma la creencia limitadora y hazla igual que la cosa que tu crees que puedes hacer. Si no puedes hacerlo porque algo te lo impide, averigua qué es.
El propósito del ejercicio es conseguir que la limitación se vuelva más parecida a la creencia con plenitud de recursos. Consigue que la creencia que no crees se parezca lo más posible a la que si crees.
Anclas
Las anclas son procesos de estímulo respuesta por los que un estímulo externo se hace corresponder con un estado interno o conjunto de representaciones. Por ejemplo, una canción determinada que nos dispara hacia una experiencia anterior cada vez que la oímos. Pero esta asociación, estímulo respuesta se puede disparar a voluntad. Si se establece un ancla cinestésica, se puede mantener estable un estado mientras dura el contacto, por ejemplo, tocando el hombro de la persona.
Improntas
Una impronta es un acontecimiento pasado significativo a partir del cual te formaste una creencia o un conjunto de creencias. Lo más importante de las experiencias pasadas no es el contenido de lo que ocurrió, sino la impresión o creencia que la persona se formó a partir de esta experiencia.
Por ejemplo, las mujeres maltratadas durante la infancia es frecuente que se casen con hombres que las maltraten de adultas, o los hombres acostumbrados a que les pegaran en la infancia tienden a maltratar a sus hijos. Es posible que las personas maltratadas en la infancia hayan recibido la impronta de que éste es el comportamiento característico que se asocia con padres, madres, esposos o esposas.
Una mujer dijo: «a veces me siento poseída por mi madre». A medida que la persona crece y le cambia el cuerpo, es característico que le sea más fácil equipararse con el comportamiento del adulto. Las improntas no son necesariamente lógicas. Se trata de una cosa intuitiva, que ocurre típicamente en los períodos críticos del desarrollo.
Lo que tú eres como adulto depende en muchos aspectos de la incorporación de los modelos adultos con los que te criaste.
- Yo vivo mi propósito de vida con plenitud y éxito
- Me siento seguro y cómodo haciendo lo que hago
- Yo soy exitoso y seguro haciendo terapias energéticas
- Yo vivo la vida con alegría y amor
- Yo merezco todo lo bueno que el universo tiene para darme y lo acepto ahora
- Yo me quiero y me acepto tal y como soy
- Aunque a veces me siento poco apreciado yo me acepto profundamente y me valoro
- Gano abundante dinero trabajando en lo que me gusta y me divierte y me siento cómodo
- Me siento cómodo y a gusto haciendo lo que hago
- Yo si puedo. “memoria de mi mama pariendo y diciendo no puedo”