Testar afirmaciones

Testar afirmaciones

El testeo de afirmaciones es una técnica utilizada en diversas terapias y enfoques de desarrollo personal para evaluar la veracidad y el grado de aceptación de una afirmación o creencia. El objetivo es determinar si una afirmación es congruente con la verdad y si resuena positivamente en la persona.

El proceso de testeo de afirmaciones generalmente implica repetir la afirmación en voz alta o internamente y observar la respuesta física, emocional y mental que se experimenta. La respuesta puede manifestarse a través de sensaciones corporales, emociones, pensamientos o intuiciones.

Si la afirmación genera una sensación de expansión, bienestar, claridad y resonancia positiva en la persona, se considera que es verdadera y beneficiosa para ella. En cambio, si la afirmación genera una sensación de tensión, incomodidad, conflicto o resistencia, se considera que hay alguna incongruencia o bloqueo en relación a esa afirmación.

El testeo de afirmaciones puede ser una herramienta útil para explorar y cuestionar creencias limitantes, reemplazarlas por creencias más positivas y empoderadoras, y promover un mayor alineamiento entre los pensamientos, emociones y acciones de una persona.

Es importante tener en cuenta que el testeo de afirmaciones es una práctica personal y subjetiva, y los resultados pueden variar de una persona a otra. También es fundamental utilizar esta técnica con un enfoque de apertura y curiosidad, sin juzgar o criticar las respuestas que se obtienen.

Si deseas utilizar el testeo de afirmaciones en tu propio proceso de crecimiento personal, es recomendable hacerlo en un estado de relajación y receptividad, prestando atención a las respuestas sutiles que puedan surgir. Además, puede ser beneficioso contar con el apoyo y guía de un profesional capacitado en terapias o técnicas que incorporen esta herramienta.

Testar afirmaciones. Este artículo en audio.

Para testar afirmaciones usaremos varios test kinesiológicos.

El test muscular nos permite hacerle preguntas al sub­consciente, de modo que será este el que nos guíe en todo momento por medio de sus respuestas.

El testaje que utiliza se basa en el principio kinesiológico de que la musculatura del cuerpo se mantiene fuerte siempre que testamos o preguntamos algo que está en coherencia con el mismo, que es cierto o cuya respuesta es SI, y se debilita cuando testamos algo que no está en coherencia con el Sistema, es falso o la respuesta es NO. Sin embargo, puede programarse al revés, de modo que el testaje muestre debilidad cuando hay patógeno, emoción o bloqueo.

La manera más sencilla de ver esto es pedirle a otra persona que levante un brazo y lo mantenga recto y extendido sin bajar, mientras nosotros ejercemos una presión para intentar bajarlo. Si le preguntamos ¿Te llamas X?, siendo X su nombre verdadero, el músculo del brazo permanecerá fuerte, y no podremos bajarlo. Cuando le preguntemos de nuevo si se llama Z, y en este caso nombramos como Z un nombre que no es el suyo, el brazo perderá fuerza y podremos bajarlo.

Una vez hemos practicado este ejercicio con diferentes preguntas, cuya respuesta binaria sea siempre SI o NO, podemos probar a hacerlo con la persona tumbada en una camilla boca arriba vestida y calzada con zapato cerrado. Nos situamos a la altura de sus pies y los cogemos, sosteniendo ligeramente hacia arriba sin ejercer presión. Comprobamos que ambas piernas tienen la misma longitud, ya que los talones se tocan. Hacemos una pregunta y si la respuesta es SI, veremos como una de las piernas se acorta, y si la respuesta es NO, ambas piernas permanecen con la misma longitud.

Estos dos sencillos ejercicios nos permitirán familiarizarnos con la idea del test de respuesta muscular, pero son poco operativos para un testaje largo, ya que en el primer caso el paciente se cansará y su brazo dejará de sostener, y en el segundo es posible que se canse el terapeuta, ya que las piernas pueden ser muy pesadas.

Vamos a utilizar un testaje más sencillo y que se puede realizar en cualquier sitio, sin apenas llamar la atención, solamente con nuestras propias manos. Para ello utilizamos los pulgares e índices y meñiques de ambas manos. Juntaremos pulgar y meñique de una mano, y probamos a abrir esa unión con el pulgar e índice de la otra. Veremos que no podemos. Luego hacemos una pregunta cuya respuesta sea NO, y probamos de nuevo, para comprobar que esta vez sí que nos resulta posible separar los dedos, ya que la musculatura se ha debilitado.

Inicialmente vamos a utilizar este test muscular con nosotros mismos, con preguntas sencillas, de respuesta SI / NO: nuestro nombre, nuestro sexo, edad,.. etc. Iremos aumentando de dificultad el testaje, hasta poder testar emociones y sus causas, tal y como se indica en el siguiente epígrafe.

Más adelante, cuando aprendamos a conectarnos a otra persona, podremos testarle muscularmente utilizando nuestras manos, pero testando su respuesta muscular, lo que nos permitirá hacer testajes sin necesidad de tocar al paciente.

Al igual que el polígrafo, el test muscular se basa en la respuesta energética que nuestro organismo ofrece de forma instantánea ante cualquier estímulo: una respuesta muscular de fortaleza cuando los estímulos son positivos y de debilidad cuando son negativos. Es como que nuestra mente subconsciente se comporta como una mente supra consciente. El cuerpo es sabio y sabe lo que es verdad y te sienta bien y lo que no es.

Con independencia del tipo de estímulo, ya se trate de estímulos físicos, emocionales, intelectuales o de cualquier otro tipo, la respuesta que generan es siempre idéntica y reproducible. Los estímulos positivos generan fortaleza en nuestros músculos, mientras que los negativos generan de­bilidad inmediata.

Al realizar cualquier afirmación, nuestros músculos res­ponden de forma instantánea debilitándose si nuestro sub­consciente considera que es falsa y fortaleciéndose en caso de considerarla cierta.

Cuando acercamos a nuestro organismo un estímulo fí­sico hostil, como puede ser el azúcar refinado, un edulco­rante artificial o cualquier alimento al que presentemos in­tolerancia, la respuesta de nuestros músculos es igualmente de debilidad.

Sí podemos testar:

  1. La causa de cualquier síntoma físico, mental o emocional, y sus emociones asociadas.
  2. Alimentos que nos sientan bien o mal. Sin que esto sea sustitutivo de un testaje completo de intolerancias, sí que nos puede servir de orientación, sobre qué tomar o no en un momento determinado.
  3. Suplementos alimenticios.
  4. Deportes o actividades que nos ayudan a nuestra recuperación. Hay personas a las que algunos deportes las mejoran y otros no, por lo que no está de más testar cuál o cuáles son los más indicados para la persona.

No debemos de testar:

  1. Adivinar el futuro.
  2. Tomar decisiones.
  3. Propósitos distintos al de la sanación y el bienestar.

A continuación, encontrarás una descripción detallada de varios métodos de auto test muscular. El objetivo es que puedas experimentar con todos ellos y les dediques el tiempo suficiente para identificar aquel con el que mejor percibas la diferencia entre la respuesta afirmativa y la negativa. Hazlo de forma relajada, concentrándote en lo que estás haciendo y abierto a las distintas respuestas que te irá proporcionando tu subconsciente.

Simplemente confía en ti mismo y en tu subconsciente, que es de donde emanan todas las respuestas.

Cuando practiques el test muscular, mantén un esta­do mental neutro, abierto a cualquier posible respuesta, a fin de no entorpecer la acción de tu subconsciente. Una vez generado el estímulo que deseas testar (una afirmación, una pregunta, etc.), debes estar expectante sobre cuál va a ser la respuesta. La actitud correcta es similar a albergar el pensa­miento: «A ver qué me contesta ahora».

No intentes dirigir el proceso, no tengas ideas precon­cebidas ni busques la respuesta a nivel consciente, ya que no tiene por qué coincidir con la que te ofrezca tu subconsciente y podría interferir en la respuesta. Y por supuesto, aleja de tu mente todo pensamiento dirigido hacia una determinada respuesta, como, por ejemplo: «Me debería dar un sí». Sim­plemente confía en tu subconsciente.

Si lo que buscas al hacer el test muscular es corroborar una determinada respuesta, y no estás preparado para la otra posible respuesta, simplemente no preguntes.

TEST DEL BALANCEO

Busca un lugar tranquilo y libre de distracciones. A con­tinuación, sitúate de pie, en posición vertical, asegurándote de estar cómodo.

Permanece parado, con los pies separados a la misma distancia aproximada que los hombros y las manos colgando a los costados. Realiza varias respiraciones profundas dejan­do ir todas tus preocupaciones, relajando tu cuerpo y cen­trando tu consciencia en las plantas de los pies. Cierra los ojos si te sientes más cómodo o te ayuda a concentrarte, especialmente cuando estás en presencia de otras personas. Haciéndolo eliminamos la mayoría de los estímulos externos que recibimos, ya que más del ochenta por ciento de estos son captados por nuestros ojos.

Test-del-balanceo
Test del balanceo

En pocos segundos notarás que es casi imposible per­manecer completamente quieto. Tu cuerpo cambiará su po­sición continuamente de manera suave en diferentes direc­ciones, mientras tus músculos trabajan para mantener su posición vertical. Notarás que esos movimientos son suaves y no están bajo tu control consciente.

Cuando hagas una afirmación positiva, verdadera o con­gruente, o cuando pienses en algo agradable, tu cuerpo se ba­lanceará en alguna dirección, adelante, atrás, hacia un costa­do, o simplemente se quedará quieto.

Por el contrario, si haces una afirmación negativa, falsa o incongruente, o cuando pienses en algo desagradable, tu cuerpo se balanceará en la dirección opuesta o bien realizará un movimiento diferente.

La mayoría de las personas refieren la respuesta afirma­tiva con un balanceo hacia delante y la negativa con un ba­lanceo hacia atrás. Si no fuese tu caso, tranquilo, lo impor­tante es observar la diferencia en las respuestas afirmativa y negativa.

Normalmente las respuestas son bastante rápidas, pocos segundos son suficientes. Aun así, cada persona, o incluso cada pregunta, requiere un tiempo de procesado distinto.
El nivel de relajación necesario para obtener respuestas varía de un individuo a otro. Por lo general, las respuestas se obtienen de forma inmediata sin necesidad de alcanzar ningún tipo de relajación profunda. Si en tu caso requieres una relajación algo más profunda y deseas someter al test muscular diversos estímulos, o realizar diversas preguntas, será recomendable descansar durante unos minutos cada cierto  tiempo, o bien contar con el apoyo de alguien que te vaya guiando en las preguntas. Estar entrando y saliendo de ese estado de relajación relativamente profundo puede resultar agotador.

Cuando desees obtener respuestas para varios estímu­los, busca siempre la posición de equilibrio antes de generar el siguiente estímulo. El desplazamiento normal cuando no estamos en la posición de equilibrio es hacia el lado en que nuestro cuerpo se encuentra desplazado, de modo que fá­cilmente nos daría la misma respuesta que con el estímulo anterior.

Los siguientes son elementos que te interesará tener presentes al realizar el test muscular del balanceo:

  • Algunas personas, con una elevada sensibilidad al magnetismo de la Tierra, necesitan estar orienta­das hacia el norte al realizar este test. La orientación al norte permite obtener las respuestas con mayor intensidad.
  • La posición de los pies puede afectar en el momento de realizar este test. Por lo general basta con colocar los pies ligeramente separados, en la posición en que estemos más cómodos, sabiendo que esa es para no­sotros la posición de equilibrio. Habitualmente, cam­biar esta posición de equilibrio por una colocación de los pies en paralelo y con menor distancia entre ellos facilita la obtención de respuestas.
  • Aquellas personas que en algún momento de su vida han practicado alguna actividad física o deporte que conlleve la búsqueda continua del equilibrio cor­poral, como judo, danza, ballet, etc., pueden tener automatizadas respuestas musculares de equilibrio, compensando automáticamente los ligeros movi­mientos producidos en los tobillos. En estos casos, para resolver el problema basta con hacernos cons­cientes de ello y poner la intención de eliminar cual­quier compensación automática.
  • En caso de tener dudas sobre la participación de la mente consciente en la inducción de una posible res­puesta, simplemente colócate los dedos índice y pul­gar apretando ligeramente sobre la nuca, como si de una pinza se tratara, justo donde se juntan cabeza y cuello. Haciéndolo de este modo, estarás bloqueando la comunicación sutil que tu mente consciente podría generar con los músculos de tu cuerpo.
  • Cabe la posibilidad de que a medida que vayas libe­rando bloqueos emocionales, cambie tu respuesta con este test muscular, especialmente cuando la res­puesta sí no consiste en un desplazamiento hacia de­lante y la respuesta no en uno hacia atrás. Es reco­mendable que verifiques tus respuestas sí y no una vez hayas liberado cualquier bloqueo emocional.
  • Tanto para el test del balanceo que acabas de ver como para los otros test que verás a continuación, puedes realizar las siguientes pruebas:
  • Di: Me llamo                               , utilizando primero tu
    nombre real y después otro falso.
  • Piensa en alguien que ames, y luego en alguien que
    odies, temas o por quien tengas un resentimiento.

• Pídele a tu subconsciente, que  te dé un sí, y después haz lo mismo con el no.

  • Repite mentalmente: «Sí, sí, sí…» y luego hazlo con el «No, no, no».
  • Di: «Hoy es (día de la semana correcto)», y luego hazlo con otro día incorrecto.
  • Piensa en una cloaca con suciedad y ratas y haz el test.
  • Acerca a la boca del estómago un sobre de azúcar o cualquier edulcorante artificial, y luego haz lo mismo con una pieza de fruta.

Puedes probar con cualquier otra afirmación o estímu­lo físico o emocional que se te ocurra. A medida que vayas obteniendo respuestas comenzarás a identificar el verdadero potencial de esta herramienta.

TEST DEL ESLABÓN DE LA CADENA

Junta las yemas de los dedos índice y pulgar de la misma mano formando un aro y haz lo mismo con los dedos índice y pulgar de la otra mano, engarzándolos como si se tratara de dos eslabones de una cadena.

A continuación, inspira y lleva tu conciencia a los dedos de las manos. Cuando la respuesta muscular es negativa, si estiras tan solo deberían separarse, rompiéndose uno de los eslabones. Si la respuesta muscular es positiva, deberían per­manecer unidos pese a la presión ejercida.

Realiza el movimiento de forma suave, separando gra­dualmente las manos. Sin movimientos bruscos.

 Los dedos índice y pulgar no deben presionarse con fuerza. Simplemente deben estar juntos manteniendo una ligera tensión.

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Test del eslabón de una cadena

La clave de este test está en equilibrar la tensión de los dedos con el movimiento de separación de ambas manos, de modo que se pueda llegar a identificar la diferencia entre el sí y el no.

La práctica en la identificación del nivel de tensión mus­cular de forma coordinada con el movimiento de separación de ambas manos es fundamental para tener total confianza en este test.

Puedes realizar las pruebas apuntadas anteriormente para verificar tu sensibilidad con este método.

TEST «ROMPER EL ARO»

Presiona las yemas de los dedos índice y pulgar de tu mano no dominante formando un aro. Introduce el dedo índice de tu mano dominante dentro del aro.

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Test de romper el aro

A continuación, inspira y lleva tu conciencia a los dedos de tu mano no dominante que están formando el aro, man­teniéndolos ligeramente en tensión. Con el dedo índice de la mano dominante harás fuerza intentando romper el aro. Tan solo debería romperse cuando la respuesta muscular es nega­tiva. Si la respuesta muscular es positiva, debería permanecer intacto, pese a la presión ejercida.

Realiza el movimiento de forma suave, desplazando gra­dualmente el dedo índice. Sin movimientos bruscos.

Los dedos índice y pulgar de la mano no dominante no deben presionarse con fuerza. Simplemente deben estar jun­tos manteniendo una ligera tensión.

Al igual que en el test anterior, la práctica es fundamen­tal para alcanzar un nivel de confianza total en este test.

Puedes realizar las pruebas apuntadas anteriormente para verificar tu sensibilidad con este método.

EL PÉNDULO

Una de las modalidades de auto test muscular más cono­cidas es el péndulo, aunque raramente es reconocido como tal.

Un péndulo es una masa pesada suspendida de un hilo o una pequeña cadena. Cualquiera puede confeccionarse uno con facilidad. Basta con suspender de un hilo suave de unos veinte centímetros de largo una bolita de madera, una masa de metal u otro objeto de forma simétrica.

El péndulo es un amplificador de los impulsos electro­magnéticos que llegan a las manos de quien lo sostiene. Sirve por tanto para amplificar y hacer perceptibles esas reaccio­nes inconscientes recibidas en los músculos de las manos.

Sujeta el hilo entre el pulgar y el índice, manteniendo las articulaciones relajadas, sin agarrotar los dedos. Si los dedos están en tensión o contraídos, o si apoyas el antebrazo sobre la mesa o el respaldo de una silla, se producirá un bloqueo energético que puede interferir en el movimiento del pén­dulo. La situación ideal es no apoyar ninguna parte del bra­zo. En caso de ser necesario, emplea como punto de apoyo el codo.

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Test del péndulo

En el momento de utilizar el péndulo tenemos dos op­ciones. Escoge la que te resulte más cómoda y opta siempre por la misma:

  • Obtener respuestas sí y no de forma espontánea, al igual que hemos hecho con el test muscular del ba­lanceo visto anteriormente.
  • Establecer convenciones mentales para los movi­mientos del péndulo congruentes con las respuestas sí y no. Por ejemplo, mi péndulo se balanceará hacia delante y atrás cuando la respuesta sea sí, y de lado a lado cuando sea no.

OTRAS MODALIDADES DE AUTOTEST

Otras modalidades de auto test que puedes probar para identificar las diferencias entre las respuestas afirmativas y negativas de tu subconsciente son las siguientes:

  • Extensión de los brazos. Extiende los brazos hacia los lados. Repite en voz alta o mentalmente la afirmación que quieres testar y muévalos rápidamente hacia el frente juntando las palmas de las manos con los dedos estirados. Fíjate en qué mano sobresale más que la otra. Descubrirás que las respuestas afirmativas pro­vocan que sea una mano la que sobresalga, mientras que las negativas hacen que sobresalga la otra mano. También puede suceder que en una de las respuestas (afirmativa o negativa), la extensión de ambas manos coincida.
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Test del A.R. o extensión del brazo

• Separar los dedos. Junta los dedos anular y pulgar de tu mano no dominante formando un aro y sitúa los dedos índice y pulgar de la otra mano en el interior del aro. A continuación, presiona con el índice y el pulgar hacia el exterior intentando separar los dedos que forman el aro. Una respuesta afirmativa manten­drá la tensión, impidiendo que se separen los dedos que forman el aro, mientras que una respuesta ne­gativa permitirá romper el aro al separarse los dedos anular y pulgar.

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Test-separar-dedos

• Presión sobre el dedo índice. Coloca el dedo corazón sobre el índice. El índice recto y en tensión mien­tras presionas hacia abajo con el dedo corazón. Una respuesta fuerte impedirá que el dedo corazón baje, mientras que una respuesta débil hará ceder al índice y permitirá que el dedo corazón baje.

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Test presión sobre el dedo indice
  • Juntar los dedos. Coloca los dedos índice y pulgar de tu mano no dominante en paralelo uno con el otro. A continuación, coloca los dedos índice y pulgar de tu mano dominante por encima y debajo respectiva­mente de los anteriores, realizando presión para que se junten. Una respuesta fuerte impedirá que los de­dos de tu mano no dominante se junten, mientras que una respuesta débil será incapaz de impedir que lo hagan.
Test-juntar-dedos
Test-juntar-dedos
  • Tragar saliva. Di en voz alta o mentalmente la afirma­ción que quieres testar y a continuación intenta tragar saliva. Por lo general, la respuesta negativa provoca una dificultad para tragar, mientras que la respuesta afirmativa permite tragar con normalidad.

El test muscular te resultará imprescindible tanto para la liberación de bloqueos emocionales como para la trans­formación de creencias. Será tu subconsciente, por medio del test muscular, el que te dirija durante el proceso en todo momento.

La realidad del mundo se forma a través de nuestra conciencia. En cierto sentido, la realidad es una proyección sobre la realidad de lo que pensamos y de cómo lo entendemos. Es decir, nosotros mismos, por así decirlo, imponemos nuestros propios espejismos de percepción en la pantalla espacial de la luz.

A partir de tu consciencia, puedes crear directamente en tu cuerpo cualquier traza que la normalice.

Al mismo tiempo, debes comprender que se tratará de elementos seleccionados de tu propia conciencia. La mente traduce la señal de información en una forma específica. El alma reacciona y llena la forma espacio~temporal con el contenido solicitado.

Hegel decía que el pensamiento en todas sus formas es lo que encarna y determina el ser de las cosas reales.

La conciencia es el nivel de la percepción, es decir, de la observación. No tiene necesariamente la capacidad de pensar. El pensamiento es un nivel superior de la Mente, que es capaz de evaluar, analizar y tomar decisiones lógicas.

Chakras y sus cualidades
Chakras y sus cualidades

La información que buscamos es la verdad que hay detrás del síntoma, y esta, en ocasiones, es compleja, dura y dolorosa. Una vez encontremos la información, para pedirle permiso para eliminarla, valoraremos la manera más adecuada de informarle al paciente de lo que hemos encontrado sin hacerle un daño innecesario, o crearle un problema añadido. Ahí el criterio del terapeuta es fundamental, pero siempre hay una manera amable e incluso eufemística de contar algo difícil. Por ejemplo, en lugar de decir que en tal fecha la persona fue engañada por su pareja, podemos decir que aparece la traición en ese momento concreto de su pasado. Si la persona lo sabe, lo dirá, y si no lo sabe, al menos el Sistema sí que ha reconocido esta información, y se va a re equilibrar, sin necesidad de destruir el matrimonio del paciente.

Buscaremos siempre la causa final del problema que queremos resolver. Este aspecto es importante, ya que, en ocasiones, la causa con la que damos solo repara parcialmente los síntomas. Esto puede ser por dos razones:

  1. Porque hay más causas, tal vez en otros planos, que han contribuido al malestar que ahora tiene la persona. En estos casos, seguiremos buscando causas, o emociones asociadas, hasta asegurarnos de haber resuelto el problema al 100% y haber, por tanto, eliminado completamente los síntomas.
  2. Porque hemos dado con un conflicto desencadenante, y no con el conflicto programante, que será anterior en el tiempo, e incluso en otro plano. Esto significa que hemos quitado el detonador a la bomba, pero la seguimos teniendo, por lo que cuando vuelvan a concurrir las circunstancias, se volverá a activar al 100%. Asegurémonos, por tanto, de acceder a la información del conflicto programante, y eliminarla, para evitar futuros sobresaltos.

Para tener una idea general del problema al que nos enfrentamos, y sus manifestaciones, podemos hacer una comprobación inicial, para ver dónde se manifiesta y donde se origina y en que porcentajes, utilizando la siguiente tabla:

  •  Plano Astral
  • Plano Etérico
  • Plano Energético
  • Plano Espiritual
  • Plano Mental
  • Plano Emocional
  • Plano Físico

En estos planos energéticos existen unas Manifestaciones y unas Causas

Podemos, por ejemplo, abordar un problema que se manifiesta en un 70% en el plano físico y un 30 % en el plano emocional, pero cuya causa es un 40 % emocional, y un 60% espiritual. Este testaje previo es útil como fotografía inicial, y nos permitirá hacer comprobaciones de cómo va evolucionando esa situación, hasta que las manifestaciones y las causas del problema estén a 0, y podamos darlo por resuelto definitivamente.